lunes, 12 de marzo de 2012

La estrangulación

Estoy aquí. Con esos graves, con esas circunferencias que dejas suspendidas, con ese susurro.

Yo digo: me falta el aire, estoy contenida, estoy suspendida - como esas circunferencias que dejas tú en el aire suspendidas o  el humo-. Tengo todo el pecho apretado por un corsé de cristal y plata. Soy una ninfa marina que se está ahogando. Nunca he sabido respirar.
Estoy contenida en el aire, suspendida en medio del éxtasis. Este placer y su vuelo raso, tanto vapor.

Como en un limbo, como en esta pieza de música que vibra contenida, grave, como mi pecho de cristal y asfixia. Este gozo tiene el oxígeno dosificado.

El esternón. Tú tienes que ir allí y abrir un vendaval, dejarme una corriente de viento circular, esas melodías que son como un murmullo, sobre mi pecho, tú, respirándome. Puedes ahogarte conmigo.

Dejo que suene la vibración, la cuerda, como un jadeo, como un soplo estrangulado.
Y estoy aquí, en el aliento. Las corrientes de aire, los pasadizos, el deleite.



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