sábado, 31 de diciembre de 2011

Je sais pas

Para qué voy a hablar de las noches, si no conozco las noches, si en las noches aquellas éramos una marioneta rota que tenía frío y se reía ruidoso. Se reía ruidoso. Para qué voy a hablar de las noches atravesadas por focos y desvelos. Para qué si está la luz, párvula y blanca, acariciando las briznas de polvo y posándose, tibia, sobre la densidad de los cuerpos hallados.

martes, 13 de diciembre de 2011

L'andante

las notas pasan como estrellas yo noto que pasan como estrellas pasan y pesan y pisan se posan las notas en su letanía de paseante roto de paseante espejo a mí me gustaría irme con ellas a mí me gustaría ser de una especie subacuática que resbalase y resbalase hasta la suntuosidad o hasta la nada o hasta esparcirse como las notas estrellas paseante líquida

domingo, 4 de diciembre de 2011

Reverberación (cambio de registro; cuaderno de pruebas...)

Hay alguien más aquí. Hace semanas que lo sospecho. Pero ahora lo sé.

No tiene nada que ver con antes, cuando las pisadas sobre el techo, aunque no exista ninguna vivienda encima. Las pisadas de todas las noches. O la reverberación de la voz. No. Ahora está aquí dentro.

Cuando ando por la cocina, escucho sonidos en el despacho. O si estoy en el dormitorio, se escucha a alguien en la galería. Al acudir, al lugar señalado, no hay nadie, pero queda un eco, casi imperceptible, de un calor humano o de movimientos, de una presencia que acaba de extinguirse.

No me preocupa demasiado. Está bien compartir casa. Además, a veces descubro restos de su cabello en el cuarto de baño. Tiene un pelo fuerte y oscuro.

Y es un alguien limpio.

Creo que puedo estar contenta.