Otros se han consagrado a la palabra, se han construido una
cabaña con palos y quejidos, con noches y más noches y más humo. Tengo aquí yo también la palabra, como un tumor doméstico: tropezamos en el cuarto de baño,
desayunamos juntas, nos acercamos, a veces nos hacemos desaparecer. Es palabra
también. Se me crece al lado, casi no pongo resistencia, casi que me acuerdo de
retenerla y tengo su papel y tengo sus tinturas preferidas. Aquí no hay
divinidad. No hay nada sacro. Nos magreamos en pijama y batín, nos babeamos con
el aliento caliente de la primera hora. Hay cuando se me sube a las piernas
como un perro en celo y hay cuando me recela. Bastante a tientas, sí, bastante
derramadas, bastante de no entendemos demasiado, a ver si moldeándonos, a ver si
haciendo otros paralelos. Qué se yo. Está aquí, tumoral y turgente, tan
gemidora, tan arrebatada. Me la comería toda.
domingo, 19 de mayo de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)