Pescar en el desierto
al asomarme
al pozo de tu ombligo
en esta tierra, blanca,
que no conoce lluvia ni alimento.
Y aunque el paisaje es calmo
y descargo mis piernas
con soltura
en el largo vacío de la poza,
no hay organismo humano
que resista
siete días sin agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario