lunes, 1 de septiembre de 2014

Piedra

Salgo a andar con una piedra por estómago.
Salgo a andar por una piedra como estómago.
Se vería en una radiografía, mi centro atravesado.
Les diría entonces a los expertos, vean, que lo que me pasa es la piedra, que lo que me pasa es que me ha crecido un cuerpo rocoso dentro de mi cuerpo no rocoso y que se respira mal con una cordillera en las entrañas.
Que ando para provocar un terremoto.
Que ando para  que se erosione el mineral.
Que ando y estoy en el desfiladero de mis propias montañas.

La piedra casi es una sierra que me cruza. Y en la piedra los movimientos son torpes.

Que ando y casi ya mis piernas son también de roca  y mis pisadas son también de roca y que mi aliento es cosa ya rocosa.

Y que por qué salieron estas piedras cordillera, estas cadenas de montañas, rocas en los desfiladeros de mi estómago.
Que por qué el aire es tan plomizo en los senderos que se estrechan.
Que por qué la presión atmosférica en ciertas altitudes, que por qué este mal de altura.
O quizá tan sólo, preguntaría que por qué una piedra por estómago.

No hay comentarios:

Publicar un comentario