Estoy seca de verbo. El verano me estría la palabra. Sólo hago acopio de soles para cuando vengan los domingos de diciembre y enero. Y puede que febrero.
Mientras y ahora, cada dos o tres días, me abandono - siempre de noche- y las palabras vivifican los fuegos. Después dejo que se escapen, que caigan en la arena, que pierdan cualquier asidero.
Es toda una opereta del exceso y es un cuerpo orquestado para la desmesura. Y está bien. Es que, yo no tengo culpa -mis padres así lo procuraron- ni sé si la de ayer fui yo. Sí sé que tengo la palabra seca de agosto y que en las noches el habla se me escurre y quedamos las dos derramadas de liviandad y risas.
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Hola Olivia, por casualidad te encuentro aquí, escribiendo tan bien, tan oscuramente como siempre, con ese rayo de luz dentro: "...en las noches el habla se me escurre y quedamos las dos derramadas de liviandad y risas..." Un saludo de Jorge (aquel compañero inmóvil de cuando Aullón) Enhorabuena por el texto, que de casualidad alguien me recomendó en el Facebook. Voy a revisar con cuidado y a disfrutar del resto.
ResponderEliminarque comienzo más sexy ! (Estoy seca de verbo)
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