sábado, 31 de diciembre de 2011
Je sais pas
Para qué voy a hablar de las noches, si no conozco las noches, si en las noches aquellas éramos una marioneta rota que tenía frío y se reía ruidoso. Se reía ruidoso. Para qué voy a hablar de las noches atravesadas por focos y desvelos. Para qué si está la luz, párvula y blanca, acariciando las briznas de polvo y posándose, tibia, sobre la densidad de los cuerpos hallados.
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Me ha encantado
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