lunes, 18 de abril de 2011

Hotel de papel

Dormir en un hotel de papel. Un hotel de tránsito. Vacío. Lleno de una enorme NO-personalidad. Cuadros desgastados en oferta. Gentes más de paso que las gentes de paso. Dormir en ese hotel de conglomerado y colcha endurecida. No está sucio, sin embargo, todo parece turbio, como pasado por un filtro de cuarenta años atrás, pero desprovisto del encanto vintage. Es turbador.
Pues bien. Dormir allí. Fantasear con dormir allí mientras recorres la autovía. Gozar la fantasía de un anonimato anodino y denso. Un anonimato algo culpable. Casi de mal gusto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario