domingo, 27 de septiembre de 2009

Lo primero de todo

Es domingo, sí. Llueve, es otoño. Mi casa está entre las nubes. Llueve y yo también quiero llover. A menudo pienso que las semanas son breves historias que se van concatenando: comienzan en lunes y terminan en domingo. Son historias cerradas que forman parte de historias más grandes, pero que me llevan a la conclusión absurda de que un domingo no es un día para comenzar nada. Más bien un domingo me parece un día sublime para terminar algo, incluso para terminar con una misma. Y sin embargo, sea por las nubes, por el otoño, o simplemente por llevarme la contraria a mi misma, hoy he decidido volver a escribir(me) públicamente.

1 comentario: