viernes, 2 de enero de 2015

La cosita rota, el crash, la juntura imposible.


Pronto escribiré un poema sobre un fauno y una ninfa. Me lo prometí hace tres años. Hace tres años me dije: eres una ninfa forzada por un fauno. Me dije: eres un fauno forzado por una ninfa. Hoy me he dicho: somos poderosas y estamos heridas, y he visto un montón de pájaros graznando histéricos dentro de la jaula de mis costillas.
He visto que la carne del cocido deshilada, un juego de porcelana haciéndose trizas, y yo, borracha y ardiendo en una fiesta, somos lo mismo. La cosita rota, el crash, la juntura imposible.
Ayer le escribí a mamá una nota en la que le decía que me temía, que me tenía miedo, porque olvidaba lo futuro y porque para mitigar el dolor siempre pensaba en más dolor. Vino a casa en la tarde y se lo dije, dentro de mí algo no deja de estallar, y ella dijo que siempre había sido así, los mases y los menos, la belleza y la intensidad, el después y la intensidad, el ascenso, la caída, una intensidad que suena a tambores de guerra. Madre, estoy cansada de herirme. Ten cuidado, hija, por favor.